¿Alguna razón? No,
no quedaba ninguna. Era esto o comerme la maldita frase de "que pasaría
sí…" una vez mas, para quedar encadenada a pensamientos descorazonados.
Cogí mis llaves,
cigarros y celular. De puntillas salí hacia un manto negro que me acogía en la
anonimidad. Amaba salir a esa hora, lo recuerdo bien, el aire de madrugada
despertaba y despierta cierta adrenalina en mi…y mas en ese día, donde los
fantasmas, momias, brujas y mas salían de casa para repetir entusiasmados al
son del timbre "dulce o truco!"
Lo pensé bien,
acumule una mezcla de dolor y valor con lágrimas y alcohol. Pare en la bodega y
compre dos cervezas, tal vez se animaba la cosa…pero no lo creía, podía también
servir como reconciliador y tomaría mis nuevas penas con un toque de amargura por
el lúpulo.
Ya había pasado
mucho tiempo, tal vez ya era lo suficientemente tarde como para no volver. Tal
vez no me quería ver nunca mas y esa noche yo acabaría siendo una decoración
mas de noche de brujas pero con cervezas en las manos. La autopista estaba desierta, seguramente
todos estaban pasados de alcohol en alguna fiesta.
Los postes de luz vagamente iluminaban las calles con aquel tono amarillento, estacioné mi carro una cuadra antes, así no me vería de antemano. Saqué mi androide, ingrese a MSN y un aire frio recorrió mi espalda. Estaba ahí, escuchando una vieja canción que una noche estrellada le dedique en secreto. Me termine armando de valor con un gran sorbo de Pilsen.
Yo: Hola, qiero
hablar contigo porfa, estás?
Él: si, dime.
Ok, no esperaba eso,
como le iba a decir que estaba como acosadora a una cuadra de distancia,
tomando a grandes sorbos lo que quedaba de mi esperanza.
Yo: em…no podemos
hablar en persona?
No había respuesta. Oficialmente, no había leve pisca de estúpida esperanza. Pero no había nada que perder, porque yo ya me había perdido hace tiempo.
Él: Ok, cuando
quieres hablar?
¿Qué podía hacer?
Correr? No..ya había llegado lejos. Ya había pasado aquella etapa de creer que
las comedias románticas existían y deje de creer que todas nosotras, princesas,
habíamos dejado de creer en el amor porque se habían acabado los príncipes azules.
Tenía que atreverme
Yo: Estoy por la zona…nos encontramos en el
parque
Él: Ya, como sea .
Bajo en 5
...Pero nunca llego.
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