Frase del momento

"Sonriendo...miento y digo que no estoy muriendo" - The Mills

Saturday, July 12, 2014

Gritando mi silencio en la voz callada.

Pasan las horas, pasan los días, pasan las personas, todo sigue y, al mismo tiempo, todo para. Es la infinita paradoja de la vida, un dado de ilusión y realidad.

La cafetería se encontraba llena, sí no me equivoco, alrededor de cinco personas siendo consumidas por el trabajo en el teclear de sus laptops, apresurado…seguro van contra el tiempo. Luego, un señor de mayor edad, con la mirada al vacío, vacila mirando sus pasos al andar, recordando cómo antes corría dispuesto a conquistar el mundo con sus canciones y su guitarra desgastada sobre el hombro.

La cafetería se va desocupando de sus clientes, a pesar que, cada cierto tiempo, entra una que otra persona ansiando sumergirse en la cafeína para sobrellevar el resto del día… o su vida. La música del local me empieza a atrapar, al fin la bulla cesó y puedo disfrutar de mi café y de estas líneas entrelazadas de emociones.


Encuentro extraña las miradas de las personas al verme sentada aquí, con un cuaderno empapelado y mis cabellos alborotados, sola, con un café y un alma deambúlate. Definitivamente esto no es como la vida de Neruda o Hemingway, yo solo estoy aquí, existiendo. Aun así, vivo al escribir, mientras mi espíritu se recupera de la infinita saudade del amor, a la espera de una sonrisa, mientras que un nudo en la garganta intenta sofocarme.

Tuesday, March 4, 2014

With you my dear

Y cómo decirlo? Cómo sentirlo o explicarlo? Imagina que te encuentras en entre cuatro paredes blancas, sin techo, donde solo vez la luz del sol, escuchas el sonido de las olas a lo lejos, no hay nada más que ustedes dos, juntos. No son necesarias las palabras, tienes que cerrar los ojos, recorre su cuerpo delicadamente con la yema de tus dedos, siente sus labios, sus mejillas, su nariz, su cuello, su barriga, sus piernas. Abre los ojos, tienes adelante dos que te miran con el mayor anhelo que hayan sentido en sus vidas, son dos ojos que te miran hasta el infinito, donde el amor no tiene barreras. Esos ojos se cierran, sueñan, se ilusionan, y cuando estas lejos lo primero que ven al despertar es que tú no estás ahí, pero cuando se encontraban cerrados eras tú a quién recreaban en el universo perplejo de sus sueños, para darse cuenta que no era más que una almohada a quien estaban abrazando.

Es tan simple como el sonido impecablemente melódico de una tecla de piano, tocada, como a ti, delicadamente. Cuando es así de simple la gente suele olvidar la belleza de aquellos momentos, intentan desesperadamente hacer una canción tocando todas las teclas del piano, empieza a sonar abrumador, muy desconcertante y el sonido termina siendo insoportable. Por eso, aquí, entre estas cuatro paredes te encuentro en la más simple belleza que a un humano le cuesta entender. No hay distracciones, es un momento donde el amor se vuelve materia y nos envuelve, nos abriga, nos conmueve. Donde todos los muros se han derrumbado y encuentras a una indefensa persona dispuesta a dar su corazón a alguien ajeno a ella. No importa el dolor, las lágrimas, la distancia… su corazón estará ahí aún cuando no lo busques.

Escucha el susurro en tu oído, siente el beso de sus labios, dale un beso en la frente, siente la calidez de su cuerpo calentando el tuyo cuando tan solo están recostados en el suelo, siente como la intensidad de sus besos son mucho más que un deseo, es una demostración, es el amor en materia dominando nuestros cuerpos, dándole la libertad de expresarse en el silencio y en el sonido de su voz. Sus manos se entrelazan, son el uno para el otro.




Friday, January 24, 2014

Rieles


Hay dos caminos, uno de ida y uno de vuelta, gente va y viene, gente que va y quiere venir, gente que se va y no quiere venir.  Es una constante vacilación, y en mi mente, ahora se encuentra más constante que nunca. Escucho una voz que no escuchaba hace tiempo, “estás sola” – me decía, intento ignorarla mientras  me ocupo con otras cosas para gastar mi tiempo, es un poco difícil continuar haciendo eso mientras que la voz va aumentando su volumen, como el ladrido de un perro, aumentando su volumen para llamar más la atención.
Lo dudo por un segundo, miro de reojo mi brazo, recuerdo que alguien me dijo en una fiesta “que increíble tu tatuaje!” y yo, con la mirada en blanco, asiento lentamente, retrocedo y me voy del lugar. Cómo escapar de esto, si una vez que los rieles son soldados al suelo no hay como quitarlos, quedan ahí olvidados, en caminos que no terminaron de ser recorridos, cada viaje ansiado, cada ida, cada vuelta, todas olvidadas pero los rieles seguirán ahí para los que miran atrás.
No sé si estoy mirando atrás, pero de reojo lo dudo, momentos así, tardes vacías que la comida no llena, el silencio de una casa sola, una pitada a un cigarro que probablemente te mate algún día, pensando en aquel momento. Llorarán? Me extrañarán? O quedaré como un riel mas, revivida por palabras y fotografías, gente dirá que pudieron verme pero en realidad, su ausencia me visito más que ellos.
Intentas llegar a alguien, nadie responde, ayuda.
Mire de reojo, vi muchos rieles varados, caminos largos que se recorrieron, cortos, otros con mayor profundidad, distintos niveles en el camino, pero recuerdo cada uno perfectamente. Cada emoción, cada lágrima, cada “esta es la última vez” que me mentía una y otra vez. La necesidad me carcome, nadie lo entiende, voy a rendirme. Es la casa vacía y un infinito de posibilidades, no doy. Nadie quiere escuchar.
Cuando alguien se sube al tren, en mis rieles, es un camino nuevo por recorrer, libertad, me encanta, pero todavía pienso en sangre y no quiero ensuciar a nadie más. Por más que ahora no haya retrocedido por el mismo riel que avance, tengo miedo y no se para donde estoy apuntando la palanca de cambios del tren.

Solo quiero un abrazo, sé que no será un camino perfecto. 

Sunday, January 5, 2014

Y rara vez se es tal y como se quiere.

No escribo hace tanto tiempo que me encuentro en un continuo titubeo sobre sí hacerlo o no. 

Probablemente, por las circunstancias, sea lo que mejor me sentaría hacer, pero por otro lado, me da miedo tropezarme con tantas emociones embotelladas que deje debajo de mi cama. Hay muchas cosas que me molestan hoy en día, de la humanidad, de las personas que me rodean, de mí, de mi vida, no sé ni por dónde empezar o sí de una vez terminar con ellas. Empiezo a sacar las botellas de debajo de mi cama, estoy ansiosa y con miedo, me muerdo de labio, las uñas, los puños…espero poder.  Una por una, cosas que enfrentar sin desmoronarme, poco a poco, intento encontrar paz.           
           
Con una visión universal me doy cuenta que la humanidad está perdiendo la cordura, varios temas políticos, sociales y económicos están en un boom de cambios y hay dos posturas, los que se han cerrado con la rutina y los que están dispuestos a escuchar. Pero aún así, no hay un balance, no encontramos un balance. Mi mundo también se encuentra así, hay una guerra, entre estar bien y mal y sinceramente yo ya no se en que postura estoy.

El silencio, en general, ahora me quita de mis casillas. Ahora, no se si no quieren conversar o varias personas a las que consideré amigos/as me han alejado de sus vidas, tengo miedo de ser yo y al mismo tiempo tengo miedo de que sean ellos.  He aprendido que ya no vale la pena hacerme daño por los problemas que me afectan pero en sustitución a ese alivio físico, que por ende, se hacía mental, he perdido el alivio y me confundo con facilidad, lo coloco en una botella y debajo de mi cama yacen. Perdí la paciencia, perdí las cuchillas, perdí mis lágrimas y no sé dónde encontrarlas.

Todos tenemos una vida y dentro de ella, días y años para aprender algo nuevo de la vida en sí y de nosotros mismos…¿será que lo estamos haciendo bien o no se nos permite hacerlo bien?

Dentro de poco cumpliré 18 años, la felicidad viene cuando pienso que seré más autónoma, podré tener más libertad de tomar decisiones, de salir, de vivir…podré empezar la búsqueda de identidad, ahora legal, que me respecta. Pero el problema está en que, la realidad, es sumamente distinta a como creemos todos. Nos dan alas pero nos advierten a no volar y que es mejor caminar pisando las huellas de ellos, de nuestros padres o de triunfadores en ámbitos laborales que, “tenemos qué”, aspirar a seguir.

Y entonces me pregunto: ¿porqué, mierda, es así?, me rehúso.

Esperamos por este momento toda nuestra tormentosa adolescencia y se nos da un pare al primer intento de encontrar la felicidad. Todos los padres, de alguna manera, pasan por un lavado cerebral y olvidan lo que ellos pasaron a nuestra edad, cierto? “Son años de experiencia” dicen, pero luego, con la puerta entre abierta los escuchamos llorar diciendo que sus vidas no resultaron ser como ellos querían, que la vida es difícil, que el trabajo en el que están les deja sin vida, que las deudas, que los viajes, que por nuestro abuso al internet la cuenta de luz fue más cara este mes, y cosas así. Sinceramente, no los entiendo y cada día que pasa estoy más segura de no querer ser como ellos.

Entre sus quejas, con las que todos los jóvenes de hoy estamos identificados, es el insistente ingreso a la universidad para poder “triunfar en la vida”. Bueno, no sé qué pretenden, mientras que el 60% (estimo) de la población del mundo, utiliza aparatos de Apple, una empresa echa por alguien que no terminó la universidad. Entre estos, Oprah Winfrey, Tiger Woods, una gran variedad de artistas, Lady Gaga, Brad Pitt, James Cameron,  el creador de Microsoft, Bill Gates; el creador de Facebook, Mark Zuckerberg y entre millones de otros.  Claramente, no es un motivo por el cual TODOS debemos estudiar, si lo importante es tener la motivación y pasión por lo que sea que desees ejercer y el impacto que quieras en el mundo.  

No me van a mentir diciendo que solo triunfan los gringos y que porque vivo en Perú tengo qué estudiar, o que porque quiero ser artista tengo que irme a Estados Unidos. Váyanse a la mierda, directamente, y nuevamente, me rehúso.

Cambiando de tema, en este desahogo de la indignación que me rodea, he visto que la última vez que publiqué algo en mi blog fue hace exactamente un año, menos dos días. Asu.

Un año, tantas cosas, toda una montaña rusa.

Primer año de universidad, muchas personas nuevas, donde tú tienes que moverte para conseguir lo que quieres, entre otras cosas. Mis aventuras aprendiendo a usar combi sin sentir que me iban a robar en todas las esquinas, pero en alivio, solo me robaron en la puerta de la universidad.

Poco a poco, o más bien, dentro de poco conocí a muchas personas, cuando me permití salir de mi burbuja, o de la burbuja que me habían puesto pero dejé atrás. Fue la mejor decisión que creo haber tomado hasta ahora, aún si en el momento parecía más trágico de lo que era. Así que puedo decir que aprendí algo en un año, que todo en el momento se ve y siente mucho más insoportable de lo que es y será. Mis brazos están limpios hace aproximadamente cinco meses y estoy orgullosa de mi. Porque sé que no todo estará bien y perfecto siempre, la cosa es aprender a lidiar con las emociones y situaciones. 

También, entre todo esto, mi búsqueda de paz y felicidad está en buen camino, el amor ya lo encontré y de manera inesperada, que me hace sentir más viva que nunca jamás lo había sentido antes. Si, un poco abrumador el cambio, pero diferente y por primera vez, siento lo que es el respeto por ese alguien que ahora forma parte de mi vida, cosa que no me había pasado antes y se siente la diferencia, siento demasiado alivio de por fin hacer esto bien desde el comienzo. En este caso, creo que solo yo me entiendo y me agarrarán de loca.


En fin, a medida de que crezco me doy cuenta de que hay muchas cosas que me indignan y muchas cosas que aprendo y acepto, tanto de la vida cómo de mí. Espero, de alguna manera, cambiar un poco el mundo, así sea el que me rodea, como el más ajeno a mí. Pues, al conocer más al mundo me conozco mas a mí y me alegra poder estar viva hoy en día, así lo dude de vez en cuando, y cuando lo dudo, pienso en él y me doy cuenta de que si, vale la pena vivir. Que no es necesario buscar las cuchillas, las lágrimas, las penas, sí no, es mejor buscar un balance, un desahogo, una buena música que escuchar a máximo volumen para gritar y bailar, para dedicar, para emocionar, para cantar. Me doy cuenta que, así como he perdido a gente de mi vida, he ganado a otras, y sé que cada uno tiene algo que enseñarme, porque todos vivimos por algo y impactamos a los que nos rodean, queramos o no, así son las cosas y rara vez se es tal y cómo se quiere.